martes, 29 de abril de 2008

martes, 22 de abril de 2008

Non-waited Ice Fall


Como ya medio mundo sabe, aquí hubo un tornado, y....

viernes, 18 de abril de 2008

A Very Long Post.

"El día después de Mañana"

Llevábamos ya 5 días atrapados en cafetería y la lluvia no dejaba de caer, los tópicos de conversación se agotaban, los textos que había que resumir ya estaban resumidos y peor aun, los chistes malos se estaban acabando.

- a ver, ¿y este...? ¿Hice el del pollito?
-si...ya es la tercera vez que lo preguntas- respondió Momo con aire de aburrimiento.

Éramos Momo, Fran y yo sentados en la misma mesa desde el último día en que vimos el sol, pues la quinta mesa de la derecha se había convertido en nuestro domicilio después de que café Pensum se había transformado en nuestro pueblo. Annabelle también pertenecía a nuestra mesa, pero últimamente no estaba con nosotros, había decidido a aventurarse hacia otras mesas para buscar mejor compañía.

Todo parecía una pequeña ciudad, los hijos de los empresarios se reunían en la esquina del viento a quejarse por su condición, los nerdos consumían una y otra vez sus inmensos libros los cuales ya habían memorizado y no había motivo para leerlos otra vez, los jevitos todos con sus audífonos escuchaban música del momento pretendiéndose escuchar unos a otros mientras hablaban de la ultima fiesta que asistieron, o la próxima en donde se irán a juntar, y nosotros, sentados en la misma mesa ya sin tener que hacer.

-La mitosis es el proceso de división celular, en el cual los cromoso…- recitaba Momo por enésima vez hasta que Fran lo interrumpió.
-Momo! Ya, sabemos como las células se dividen y te aseguro que el examen de biología lo pospusieron hace 3 días.
- Pero déjalo, es mas interesante que permanecer en silencio todo este tiempo- dije, ambos me miraron con una expresión cansada.
-La que no habla eres tu!- dijo uno de ellos, y decidí no volver a articular ningún sonido por un buen tiempo.

Teníamos un líder, o mas bien un gobierno. Estaban las personas que cobran, el que hacia los sándwiches, el cocinero y un trabajador de la Coca-Cola quien había quedado atrapado tras hacer una entrega. Estos eran quienes nos tranquilizaban con palabras de aliento “Hoy hay pechurinas!” o “No tengo cambio, te lo dejo así” o la mas aclamada por mi “No te le pongo tomate, ¿verdad?”. Estos eran quienes mantenían el orden en nuestra pequeña ciudad, quienes traían la paz en el caos, quienes se percataban de que no nos matáramos unos a otros cuando alguien invadía el espacio que no le correspondía, sin ellos, se podría decir que no estaríamos vivos.

- ¡Y hágame el favor de echarme muchas papas al servicio si no quiere que arme una revolución aquí!- reclamaba la estudiante que estaba delante de mi cuando pedía mi orden de HotDog, a lo cual el cocinero le pone 2 papas mas al plato y le quita 3, y ella partía feliz.

Eran 5 días, 5 largos días de lluvia y esta no cesaba, y al parecer seguiría cayendo agua del cielo hasta que no exista tierra sobre la cual podamos caminar. La preocupación, ya era cosa del pasado, pues la costumbre de estar viendo agua caer desde el cielo ya era algo tan monótono como vernos unos a los otros en el mismo sitio, como comer una y otra vez los enrollados de pollo, las fajitas de cerdo y los brownies a la moda improvisados que se habían convertido en parte de nuestra dieta mucho mas antes de estar encerrados en ese lugar. Ya no quedaba mucho por hacer, y las baterías de los celulares las guardábamos para recibir cualquier noticia del exterior.

- ¡Noooo! ¡Que no me uses el wireless del celular! ¿Ahora, como podre jugar solitario? Te dije que no le pusieras la mano…

Mientras Fran cumplía con su papel de buen comunicador y nos entretenía contándonos una de las películas que había visto recientemente en forma de narrador de documental, uno de los celulares que había en la mesa vibró, y todos comenzamos a topar nuestros respectivos celulares y esos que no nos pertenecían y que la gente ponía en nuestra mesa porque misteriosamente llegaba señal. Era el de Momo. Le había comunicado una amiga que se encontraba en A4 estancada que dos perritos morían ahogados. No podíamos hacer nada al respecto, no podíamos punchar el botón para que dejara de llover, no podíamos subir el volumen del sol para que secara el agua, no podíamos salir nadando porque nos llevaría la corriente. Así que lamentablemente los perritos fueron llevados por la naturaleza. Y por primera vez en horas, teníamos un nuevo tópico del que hablar.

-Unos perritos se estan ahogando en A4- dijo Momo cuando cerró el celular.
-Entonces vamos a salvarlos con nuestros súper poderes de Aquaman, nadamos hasta las profundidades del océano recién creado y así encontramos algo que hacer- agregue con exaltación.
-Estoy hablando en serio JOMA, los perritos se están ahogando…
-Oh…- escondí rápidamente la mirada.

Los días pasaron y seguíamos en el mismo lugar, las provisiones se acababan, el cocinero ya no gritaba a menudo “hay pechurinas!” y misteriosamente el repartidor de Coca-Cola desapareció sin dejar rastro. Unos dicen que se aventuro al salir, otros que simplemente fue convertido en las últimas hamburguesas que habíamos comido, por lo tanto, no protestaban demasiado por ello.

Había comenzado a hacer frío, un frío tan inusual que pobres aquellos que no tenían abrigo (mayoría de las personas) pues unos días atrás, el calor que hacia era insoportable, tanto que se dejaron de ver mangas frecuentemente, y los chicos se daban vida por la ausencia de pantalones largos y la moda de las minifaldas. Era totalmente doloroso caminar a las 12 del día en el exterior, andar con cabello suelto y principalmente salir a la calle sin protector solar. Pero ahora, nos encontrábamos ante un frió que pronto se convertiría en polar y tratábamos de ignorar rotundamente el cambio de temperatura solo por no alarmarnos mas y no hacer de esta situación, algo peor.

-El sol realmente se está acercando a nosotros, rayos, ¡Qué calor!- había dicho hace unos días quejándome por el alto de temperatura.

Días después de la desaparición del repartidor de Coca-Colas y mientras los demás tomaban una siesta, yo seguía viendo el panorama, el mismo jodido panorama otra vez, se apareció una de las señoras que limpiaban las mesas de la cafetería, algo ajetreada con la redecilla cayéndose de su cabeza, y buscó rápidamente a quien hacia los sándwiches, tomó su brazo y lo aló violentamente, le dijo en secreto algo y vi la cara de espanto del de los sándwiches, se tornó blanca, pálida, pero no podía deducir exactamente lo que le dijo y lamentablemente Andreina, quien era la reina de la deducción, no había quedado atrapada con nosotros para poder deducir que pasaba y que se traían entre manos los dos empleados. Así que recordé que Fran dormía en frente de mi, le di un golpe en la cabeza y el despertó de susto, lo cual a su vez, despertó a Momo, les informe de lo que había pasado recientemente y Fran, con sus dotes de investigador, decidió tomar el caso y averiguar que estaba pasando en realidad.

Con la excusa de ir a comprar una Coca-Cola, nos dirigimos los 3 hacia la nevera y pudimos percatarnos por primera vez que muy poca comida quedaba allá dentro. Y que el cocinero, ni siquiera estaba pendiente por si hacíamos una orden, dormía profundamente en el piso, con la espátula en manos.

-Quizás eso era, nos quedamos sin comida y cada vez estamos mas hambrientos- dijo Momo resignado.
-¡No! Hay que buscar mas evidencias, esto no se queda así, wacheen wacheen, y esta agua de donde viene?- respondió Fran el investigador a la defensiva y todos notamos esa fina línea de agua que estaba en el piso, la seguimos y por fin entendí la cara de pánico del sanduichero, y creo que la mía se tornó del mismo color. La cafetería ya se estaba inundando.

-¡Le tenemos que avisar a todos! Es nuestro papel como comunicadores- dijo Fran cuando entendió lo que estaba pasando, no paraba de lanzar conclusiones al vació. Yo, simplemente entraba en ansiedad y gritaba mientras los miraba a los dos, temblaba, congelada por el pánico.
-¡Escúchenme!- dijo Momo con autoridad y ambos nos tranquilizamos un poco- primeramente, Fran, cállate. Joma, estate tranquila. Segundo,¿ cuantas veces te voy a decir que no soy de Comunicación?, ¡soy Medico! Tercero, Fran, no lo podemos decir así por así, la gente se comenzará a preocupar mas y todos entrarían en pánico, lo que pienso que debemos hacer es…-se detuvo y me miró como siempre lo hacia cuando decía o hacia algo estúpido e incoherente- Joma, ¡¿quieres cerrar la nevera por favor?!- y decidimos que desde nuestra mesa, encontraríamos la solución mas fácilmente.

Al regresar a nuestro eterno punto de espera, nos sorprendimos que Annabelle, había vuelto a su mesa de origen y esta vez, con compañía, aquellos de la mesa cerca de la caja registradora.

-Hola Momo!- dijo Annabelle mientras golpeaba a Momo en la espalda, quien estaba completamente irritado por esta acción.
-Entonces…¿Qué haces aquí?- pregunté sorprendida.
-Nada, que vi que ustedes ya no estaban aquí, así que decidí moverme a esta mesa, porque aquí hay señal y allá no. Además pensé que se habían ido.- dijo con su cara angelical y una sonrisa entre labios.
-Anni, nadie ha salido de aquí durante todo este tiempo- Fran agregó.
-Oh si, los Metal de la esquina de “La Tierra” ya no están, seguro salieron en busca de tierra firme fuera de aquí.- respondió y nos alejamos resignados hacia la mesa que les pertenecía anteriormente y no para nuestra sorpresa, ya estaba ocupada y nos quedamos parados frente a la caja registradora planeando que hacer respecto a nuestro descubrimiento.

-Yo sigo opinando que no digamos nada por ahora, los que atienden la cafetería son los responsables de este lugar y…-explicaba Momo hasta que yo lo interrumpí con una de mis conclusiones crueles hacia la vida.
-¡¡¡Vamos a morir!!!- grité.
-Joma! Cállate, no puedes decir eso tan fuerte, es mas, vamos a decirle a Fran…¿y Fran?- y ambos percatamos que Fran se encontraba aclarando su garganta parado encima del mostrador- Fran! Nooo!
-ATENCION!- dijo Fran con su voz de locutor fingido. Todos voltearon a ver que les quería decir el chico que se había parado en donde usualmente recogemos comida.
-Nooo Fran!- susurrábamos Momo y yo desde abajo. Fran tomo profundo respiro y…
-¡LA CAFETERIA SE ESTA INUNDANDO!- gritó, en ese momento, una línea de agua comenzó a deslizarse desde la puerta y el ambiente se había vuelto un total caos.

Se veía como todos comenzaron a recoger sus pertenencias, a gritar sin sentido y a llorar desenfrenadamente mientras aclamaban “Dios! Ayúdame a Salir de esta y te juro que iré a misa el domingo!”. Los únicos que ignoraban la situación eran aquellos, del grupo de los audífonos que al parecer no habían escuchado la delicada advertencia de Fran, pero si que entablaban una conversación con las personas que tenían alrededor. Los encargados de la cafetería se acercaron a Fran y les dieron las sinceras gracias por encargarse de dar a conocer la agravante situación en que nos encontrábamos: -¿Cómo se te ocurre gritarlo así?! ¿Acaso estas loco? Ojala salgamos de esta para prohibirte la entrada aquí!- decía desagradablemente la cobradora.

Así que la multitud fue dirigida hacia la segunda planta del centro de estudiantes, y aunque estaríamos más incómodos, al menos, no había ninguna seña de inundación, por lo menos no por ahora. Pero el frió era cada vez mas notable, ahora que estábamos mas lejos de la cocina y que estábamos forzados en sentarnos en el piso, el cual estaba helado, y así comenzó la nueva moda de preocupación que ya no era la de: “No para de llover!” sino, “Que frio hace”.

Llegó la noche y el frió era insoportable. El sanduichero repartía lo poco que quedaba de las provisiones de Frito Lay. Cuando llegó a nosotros, que estábamos recostados de la puerta de Tesaurus, vi como sus ojos de repente se iluminaron como quien tiene una magnifica idea y nos empujó hacia el otro lado, dejando la puerta de tesaurus sola. Intentó abrirla, pero quizás había olvidado que todo estaba cerrado y estábamos obligados a permanecer en el pasillo. Con un martillo (no me pregunten de donde saco el martillo, estaba muy ocupada comiendo Frito Lay), rompió la puerta de la librería provocando un enorme ruido que hizo que muchos gritaran. Aclamó por ayuda, y junto a tres voluntarios que se pararon a ayudarlo por una ración mas de papitas, hicieron una pila de libros de medicina, manuales de laboratorio y cientos de ejemplares de cuentos latinoamericanos. A la cual, el sanduichero, con una caja de fósforos que le había arrebatado a uno de los fumadores del grupo, le prendió fuego y se sintió como el calor reconfortante llegaba a todos.

-Y por esta razón, es importante ver películas.- dije a la luz de la fogata y mis dos acompañantes asintieron, pues por eso cogimos Cine Latinoamericano el semestre pasado.

Ya era mas de media noche y yo estaba pretendiendo que dormía, pues todos lo hacían, yo había padecido de insomnio desde que nos encontrábamos encerrados en el centro de estudiantes, lo cual me inhabilitaba dormir por completo. Pensaba en cuanto tiempo habíamos pasado ahí, en cual fue la última vez que había sentido el calor del sol sobre mis hombros, y lamentaba haberme quejado tanto del clima anterior. Ahora deseaba sentir el dolor de caminar a las 12 del día en el exterior. Sin previo aviso un sonido me distrajo de mis pensamientos y noté que provenía del lado oscuro, de donde no llegaba la luz de la fogata de libros y me asusté. Intente despertar a los demás, pero no respondían. Intente incluso pararme, pero mis piernas no querían responder, las golpeaba, las pellizcaba, no sentía nada y cada vez mas me sentía mas débil, y mas borrosa estaba mi mirada, y ahí fue que lo vi, cuando caí nuevamente acostada en el frío piso, era el, el responsable de las desapariciones, era el, el…..

-¡Joma, Vamonos!- dijo Annabelle, quien había venido desde la otra mesa para avisarme que ya nos habían venido a buscar.
- Oh..ok, por fin, paró de llover- dije mientras veía por la ventana y me daba cuenta de que la lluvia había terminado.- Momo, Fran,¡ nos vemos!- me despedí de mis acompañantes de mesa.
- Hey, ¡me mandas la cosa!- dijo Fran
-Claro, cuanto la termine de escribir. – pues las 3 horas y media que habíamos permanecido en cafetería encerrados por la lluvia, no fueron suficientes para darle un final a la historia.

lunes, 14 de abril de 2008

martes, 8 de abril de 2008

Taking notes.

Charla de dirección de Fotografía Cinematográfica. 7 de marzo del 2008.

martes, 1 de abril de 2008